sábado, 22 de febrero de 2014

Implantes auditivos

Científicos en Estados Unidos presentaron lo que dicen es la última generación de implantes auditivos. Se trata de un pequeño electrodo que se implanta directamente en el nervio auditivo. El nuevo aparato, según los científicos de la Universidad de Michigan, funciona mejor que los implantes cocleares, que actualmente son la tecnología más moderna.
Se espera que los nuevos implantes ayuden a la gente profundamente sorda a oír con una amplia gama de frecuencias sonoras. Pero hasta ahora sólo ha sido probado en animales, indica el artículo publicado en la Revista de la Asociación para la Investigación en Otorrinolaringología.
Según los investigadores las pruebas mostraron que el implante funciona bien sobre una amplia gama de frecuencias. Los científicos midieron las respuestas cerebrales de los gatos a los sonidos, y compararon los resultados con los de gatos a quienes se les había colocado implantes cocleares.
Los resultados, indican los científicos, demostraron que el contacto íntimo del electrodo con las fibras del nervio logra una activación más precisa de las señales de frecuencias específicas. Esto, afirman, reduce las necesidades de la corriente eléctrica y disminuye dramáticamente la interferencia entre los electrodos cuando éstos son estimulados simultáneamente.

Están diseñados para estimular el nervio auditivo para producir el sentido de audición. Pero su ubicación, que los separa de las fibras del nervio auditivo por una pared ósea y líquido, es una limitación. Como el acceso a las fibras del nervio se distorsiona, el efecto que producen es como escuchar a alguien detrás de una puerta. Los nuevos implantes, si funcionan exitosamente en seres humanos, podrían ofrecer muchos mayores beneficios afirman los expertos. El nuevo aparato podría beneficiar a los mismos pacientes que ahora son candidatos a los implantes cocleares. Estos son, los profundamente sordos, que no escuchan nada, y los severamente sordos, cuya capacidad auditiva es muy reducida. Los investigadores ahora monitorearán durante dos años la forma como el nervio auditivo se ajusta al nuevo implante. Y si los resultados son positivos podrían comenzar las pruebas en humanos en unos cinco años.




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